martes, 9 de febrero de 2016

¿Y ahora?

Lo olvidaste. Si no tienes una meta no caminas: deambulas. Seguiste hacia delante, impulsándote por la rutina en vez de la ilusión. Sin mirar hacia detrás pero tampoco hacia adelante. Cambiaste la ambición por la comodidad. Por el miedo al aburrimiento, olvidaste dejar en tu agenda un hueco para ti y para tus sueños. Las elecciones se transformaron en obligaciones, y en vez de llenar, amordazan. Tus carcajadas son simulacros, y tus palabras están envasadas al vacío. 
Quieres diseñar un plan de huida de ti. Pero encajaste también todas tus tareas que no tienes tiempo. 
Todo tan bien organizado, y olvidaste crear una salida de emergencia. Un "rómpase en caso de incendio".
Y ahora... ¿lo hueles? Apesta a desidia e inercia. A estar por estar. A beso por costumbre. A que llega la noche y tus sueños se vuelven majaretas, para proporcionarte las dosis de vuelo que toda alma sana necesita. Apesta a que si de repente tuvieras en tu mano todo el tiempo del mundo no sabrías en qué gastarlo.
Ahora, 
dime, 
¿quién te va a salvar de ti?


>Mireya<

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